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Mostrando entradas de septiembre, 2017

El tiempo y un nombre

Hoy, que me he dado la vuelta por la extraña esquina del ahora tuve la intención de escribir un nombre en la pared y ponerle un corazón. "¡Vandalismo!", dicen las horas. Pero si no lo he escrito, si ni siquiera lo he podido susurrar para mí mismo. Si lo primero que he hecho es ponerme la mano entera en la cavidad de la boca y llenarme la cabeza de paja. Las horas discurren en torno a la cuerda floja que une la intención y el acto. "Es cuestión de tiempo", dicen. Ya quisiera yo no tener que ponerle adhesivo a mis labios, ya quisiera yo. Ellas, de todas formas, no gustan del amor. Dicen que es una enfermedad, que es una amenaza, que es un cataclismo imperdonable. Tienen miedo y les doy la razón. Porque cuando uno está enamorado, siente que el tiempo no pasa, que las horas se van volando, que un minuto es una eternidad... y otros padecimientos que las horas sufren mucho; en esos cuartos pequeños que tiene el día.