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Mostrando entradas de mayo, 2022

Insomnio

 La tibieza de la oscuridad y sus imágenes dispersas, confusas, efímeras... Todo da vueltas atraído hacia un deseo mortal. He visto esperanzas que salían presurosas por debajo de la puerta. Como si una casa fuera un barco. Como si fuera océano, un país. Como si el propio mundo fuera solo profundidad, porque no puedo sondear siquiera la magnitud de su abismo. Floto ingrávido. En esas aguas superficiales de lo cotidiano y lo trivial. Hasta que el miedo, la ansiedad y, a veces, el pánico. ¿Me recordás? Tengo un dolor profundo en el hombro izquierdo. He pensado seriamente en comenzar a llorar. De forma terapéutica. Pero creo que pronto amanecerá. Y descenderá el nivel de las aguas. Y volveré a ver el camino definido por el que transitan los días. Aquella parada de bus, que se hunde pesadamente en la memoria, será pronto una anécdota.

Simple alegría

 Es que cuando sale el sol, no soy solo yo el que baila, se alegra, extiende las manos al cielo y pone en pausa el fin del mundo. La semilla sale de la tierra y saca dos hojas de más. Los perros se acuestan en la calle hirviente. Todas las cortinas se corren, las ventanas se abren y por las puertas salen sillas, chismes y rejillas para asar. Los niños que apenas saben caminar, se tropiezan con las palabras. Quienes los cuidan no le dan mucha importancia porque el mundo está hecho precisamente de tropiezos. El viento sopla fuerte, azota puertas, seca paños, sobrecamas y lágrimas. Se lleva estornudos, juramentos y canciones. Pero cómo puedo temer hoy de pandemias, guerras y el corazón perverso de los profits,  si el espíritu da vueltas carretas por todos los astrales.