Simple alegría

 Es que cuando sale el sol, no soy solo yo el que baila, se alegra, extiende las manos al cielo y pone en pausa el fin del mundo. La semilla sale de la tierra y saca dos hojas de más. Los perros se acuestan en la calle hirviente. Todas las cortinas se corren, las ventanas se abren y por las puertas salen sillas, chismes y rejillas para asar. Los niños que apenas saben caminar, se tropiezan con las palabras. Quienes los cuidan no le dan mucha importancia porque el mundo está hecho precisamente de tropiezos. El viento sopla fuerte, azota puertas, seca paños, sobrecamas y lágrimas. Se lleva estornudos, juramentos y canciones. Pero cómo puedo temer hoy de pandemias, guerras y el corazón perverso de los profits, si el espíritu da vueltas carretas por todos los astrales.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ecología del adentro

Abismo

Aquellos lugares