Aquellos lugares

 Siempre esos lugares oscuros del pasado. Difusos lugares. Lugares no ficticios. Ficcionalizados tal vez. Vuelvo a ellos frecuentemente. Sobre todo, en esos vacíos momentos de la tarde, de las lluvias, de la vida extraña, desnaturalizada, que es su verdadero rostro. A medida que los años se van quedando debajo de los muebles, pienso en esos lugares con intervalos cada vez más cortos. Abandonos poco reparados. Secretas violencias. Omisiones nunca reconocidas. La muerte parece inmovilizar cierto punto de vista sobre el pasado, solamente para movilizar otro. Las hojas de los árboles en aquel verano cayeron distinto, las palabras significaban otra cosa, los que fueron pequeños gestos, crecen y se convierten ellos solos en el paisaje de un instante que no deja de obsesionarme. Yo siempre, en una completa indefensión, espero... Y en esa espera, de una forma que fue imperceptible para mí, devine en algo cristalizado, duro y pulido, que refleja perennemente el mundo que le circunda. Imposible, de esa forma, ofrecer un rostro a la escritura. Igual, ¿no es la vida en este siglo precisamente eso? Son casi las seis, casi ha oscurecido y un porfiado silencio se enreda en los segundos. Echo a andar de nuevo la máquina de lo cotidiano. Aquí no ha pasado nada. 

Comentarios

  1. Precioso. Me encanta el paisaje de la espera y las imágenes de aquello que se cristaliza porque uno no lo logró comprender y espera para un futuro a ver si acaso ese era su momento. Me gusta cuando logra ser poético y profundo con imágenes tan cercanas y cotidianas pero que no son nada inofensivas… 🌸

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