Algunas personas...

Algunas personas, por casualidad o porque la vida, hallan su felicidad en el despojo de lxs demás. Lxs despojan de sus bienes, de sus oportunidades, de sus oportunidades de crecer o amar, de su libertad, de su dignidad, de su vida… Siempre existe alguna justificación grande, con artículo y todo.

Algunas personas, por casualidad o porque la vida, creen que el aliento de Dios que mora en ellas podría apagarse y, celosamente, lo esconden en lo más recóndito de su corazón, a la sombra. Ese aliento, poco a poco, comienza a hacerse más débil y aquello que estaba antes claro, se convierte en terroríficas sombras que los asustan. Acosados por las deformes impresiones que los habitan, encuentran demonios por todas partes y creen que su felicidad será posible cuando llegue el día en que todxs estén igual de aterrorizados como ellxs.

Algunas personas, por casualidad o porque la vida, han pensado que la única forma de lograr lo que quieren es si no son ellos mismos. Necesitan convencer a otrxs de las mentiras que no creen con la esperanza de que la fe de los demás los convencerá a ellxs mismxs. Reúnen objetos, costumbres y personas que proyecten la imagen que anhelan, pero la estrategia nunca funciona y su cárcel ya está hecha. 

A veces, estas personas se ponen de acuerdo para despojar, inspirar miedo y vender cárceles. Es cuando más necesitamos darnos a lxs demás, ser valientes y abrir puertas y ventanas.

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