Un día

 Un día, simplemente el mundo ya había sucedido y yo ni me había dado cuenta. Pensaba que el tiempo era una canica y que podía leer su historia si me concentraba lo suficiente en su centro. Mientras, vivía del mundo de mi mamá en sus miles historias de fantasmas y violencia, o del mundo áspero de mi papá que era como un cúmulo de anhelos perdidos de los que quedaban solo retazos. Los octubres me cayeron en baldazos mientras esperaba hacerme grande y se volvieron aguaceros mientras desanudaba los hilos de un ayer que se convirtió en "el mundo". Ahora, octubre se escapa rápidamente por la puerta del patio para hacerse diciembre y no lo culpo. En diciembre, siempre hacemos campo para recibir una nueva canica de tiempo. El mundo es una ingenua historia de navidad y yo, ni me había dado cuenta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ecología del adentro

Mall y Jameson

Abismo