Ciudad

Vivir la ciudad. Mar de motores y pasos ansiosos. Tejido de esperanzas y amores furtivos. Nudo de historias y fantasmagorías. Trato de discurrir pacientemente por sus calles siempre estrechas y ese destino siempre postergado. Descubrir en la sucia esquina el empuje de raíces y promesas. Atravesar una mirada que me atraviesa. Pensar el amor como quien piensa agujas y exóticas tierras. Y creo que me quedo encerrado por ese horizonte abrasado de la hora pico y los bocinazos de la frustración. Y creo que vuelo como una bala perdida en medio de los sueños de la noche y creo en que puedo, sin tanta telenovela, herir un corazón. 

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