Domingo quieto

 Los perros dormidos. Un pan que se cocina en el horno. Un sonido lejano, sordo, de tráfico aperezado. Gris, seguro lluvia. El sonido de un mensaje. Ningún movimiento. Hojas y viento, como siempre. Ahora sí, algunos ladridos lejanos, constantes. Crujen cosas. De repente, la refrigeradora. Como si volviera uno del pensamiento. No quisiera moverme. Todo está tan quieto. Pero ya es tarde. Un automóvil pasa frente a la casa. El sortilegio ha sido roto. El tiempo ha entrado en este domingo, y lo ha inundado todo. 

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