Insomnio

Los viajes oscuros de la madrugada son puro deporte extremo. Se pone en riesgo la cordura atada de un dudoso paracaídas. Luego, querés lanzarte directo al sueño pero te resbalas por el tiempo de la extraña realidad y todo es un cuentagotas. Es así como llega la tenue claridad del día. ¡Ya para qué! Te has convertido completamente en una bestia de ojos colorados y púas en todos los hemisferios.

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