No es

Descubrir que esta reja frente a la que estoy no es una reja. Que la lluvia no es sino un manojo de océanos o los charcos portales al cielo. Que mi rostro no está hecho de carne, sino de pensamiento. Que la línea que separa las horas es mi desesperación por el sueño. Que andar una acera es bordear un enigma o que el zacate fresco es el compromiso de la vida con el tiempo. Y así, el mundo que sería mundo el día de hoy es la llamada de una esperanza que se esconde en los resquicios de lo contingente.

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