Gripe y noche

Es el cuerpo que se vuelve un otro. Entra en estado de rebeldía. No quiere dormir, no quiere medicamentos, sí los quiere, bosteza, se apaga, se enciende, parece cosas de fantasmas si no es porque en esta era de la ciencia sabemos qué es la enfermedad. Ya sea porque aloja a un extraño que se multiplica en la intimidad de la sangre y los órganos o porque él mismo se convierte en extraño y olvida que una vez fue uno, el cuerpo en la enfermedad es un proyecto. Sí, exactamente. Un proyecto que en su extrañamiento produce una síntesis que es más que el cuerpo que era antes, aunque la memoria diga otra cosa. Pensamos que la enfermedad pasa y que el cuerpo regresa a su estado previo a la enfermedad. No es sí. Decimos: "¿Ya estás bien?" Pero no tiene que ver con esos maniqueísmos a los que nos lleva el miedo a la muerte. Es un tema de aceptación. De dejarse morir ese poco a lo que nos invita la enfermedad y devenir en otro ser: el del después.

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