De las series inconclusas. El nombre.

 La historia la escuché durante años de la boca de mi mamá y muy recientemente, de mi papá. Esto último me sorprende, incluso ahora que lo escribo. Mi papá siempre fue reacio a hablar sobre el pasado. Pero, creo que, por fin, lo ha alcanzado. 

Los hechos, también, de forma sorprendente, tienen consistencia en el tiempo. Esto lo digo porque mi madre tenía la extraña facultad de reconfigurar el pasado una y otra vez dependiendo de las circunstancias. Eso hace que siempre las historias, así como la Historia, tengan, para mí, una alerta amarilla por defecto. 

Pero, bueno, como decía, esta historia había superado la prueba del tiempo y también la prueba de las dos versiones que no se contradecían, aunque no fueran exactamente las mismas. Tiene que ver con mi nombre. O más bien, mi no-nombre.

Mi mamá siempre tuvo resistencias a hablar de cómo fue el embarazo que culminó con mi nacimiento. Alguna vez mencionó que retuvo líquidos. No sé qué pueda significar eso desde el punto de vista esotérico. Siempre me extrañó esa parquedad, porque de mis hermanas hablaba más prolijamente. Siempre tuve la sensación, desde que era pequeño, de que algo silenciado rondaba esos meses. Nunca lo supe. Es, tal vez, una modesta paranoia.

Cuando nací, a mi papá le dijeron: "Es una cafeterita". Me parece que sí sucedió que lo oriné. ¿O será la imagen de una película? No sé qué significó para él. Nunca pronunció una palabra al respecto. 

Parece que elegir el nombre para el único hijo varón se volvió un problema de alcances internacionales. Mientras, el nombre de las mujeres, que eran elegidos por mi mamá con base en las novelas románticas que leía asiduamente, era un problema claramente nacional. De esa nación que para el binarismo son las mujeres. 

En una serie de movimientos diplomáticos donde surgieron los nombres de mi abuelo, "Próspero", o el nombre "Javier", el acuerdo nunca surgió y, de forma tajante, mi madre lo resolvió con que mi nombre sería el de mi padre, antecedido por "Luis". Es casi obvio anotar que "Luis" no tuvo, ni tiene, ningún protagonismo.

Las consecuencias de semejante "acuerdo" fueron inmediatas, performativas, y perduran en el tiempo. La primera consistió en que el nombre no era realmente mío, sino algo como un préstamo. De forma que se me llamaría toda mi infancia en diminutivo o "Junior". Precisamente porque el nombre ya estaba tomado.  Esta solución de elegir aquello que garantizaba un acuerdo, implicaba que no existía ninguna apelación, ningún mandato paterno, sino simplemente una especie de nombre transitorio, cuyo contenido consistía en "tener un nombre arruina la armonía, no tengás nombre". No era ni siquiera una imitación. Era un vacío.

Así las cosas, cuando la gente me pregunta mi nombre, siempre tengo la tentación de decir alguno que no encuentro, que estuvo en el borde de la lengua y que se cayó (calló) para siempre.  Hace años pensé en que tenía que encontrar uno para mí. Secretamente, valoré algunos. Uno hasta salió de un sueño. Creo que las generaciones más jóvenes tienen mayor éxito en esto de afirmarse con un nombre que han elegido autónomamente. Sin embargo, para mí, se convirtió en una especie de impostura que no podía tolerar. Por lo que, como un fantasma disfrazado, firmo cosas, me dejo llamar y casi parece que existo. 

Tal vez las excepciones sean los pocos apelativos que algunos novios me han puesto, porque el amor puede dar identidad a aquello que no tiene memoria y abraza a los fantasmas en el vientre oscuro de la muerte. 



Comentarios

  1. ¡Me encantó! Pienso muchas cosas, me hace recordar muchas otras y me hace reflexionar sobre mí misma. El nombre es una cosa que se da por sentado, una/o se presenta y dice el nombre y parece que no pasa nada, pero yo creo que a una/o le toma por lo menos una década acostumbrarse a ser llamada/a por su nombre… O por otros nombres como es mi caso que nadie en el mundo lo dice bien… Cosa que me ha obligado toda la vida a responder por casi cualquier nombre que me pongan, porque explicarlo es la verdadera esencia de hacer complicado lo sencillo, ¿cuan difícil puede resultar para una persona decir un nombre que solo tiene una única vocal? En fin… Me transportó ☺️

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  2. Gracias por tomarse el tiempo y dejar el comentario. El nombre mueve e inmoviliza supongo.

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