Despedirse
¿De qué se despide uno cuando llega el momento de despedirse? ¿Qué deja? ¿A quién le sirve esa despedida? ¿Es un aviso de que uno está a punto de no estar, que la vida continúa en ese lugar del universo sin uno? Pero no hay nada que pueda doler, aliviar o regocijar de la misma forma que el evento en sí. ¿Es lo último que debe quedar en la memoria? ¿No es, acaso, el último vistazo que damos a aquello que atesoramos de los otros y que lo tenemos en custodia en nuestra alma? Una vez que nos hayamos ido, esas sombras comenzarán a difuminarse en el recuerdo. Sin remedio. Mientras el baile del tiempo continúa su marcha forzada por la contingencia.
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