Una alegría pequeña

De noche, la luz de una sola estrella es suficiente. Uno puede confiar en la música oculta de las gravedades y las fusiones. Puede soñarlas antes incluso de cerrar los párpados. Rodeado por la oscuridad me pienso como una interioridad avasallante. Siento cómo palpitan mis emociones y hay un pequeño músculo involuntario que se oculta debajo de los pliegues que supongo es la esperanza. Ahora sí, me digo, ha llegado mi tiempo. Y siento una alegría pequeña e íntima. Como si ya hubiera dado ese beso, como si ya hubiera conocido ese lugar inesperado o como si ya estuviera viejo y grave a la sombra del último higuerón. 

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