Los perros

El valor que mis perros le dan al mundo no coincide con el mío. El mundo, para ellos es una gran fruta, una aventura o una cacería continua. Yo veo infecciones, problemas intestinales y accidentes automovilísticos. Fuera de esa pérdida futura que es la muerte. Esa sombra en la esquina del ahora. Ellos se revuelcan en lugares insospechados donde parece que no hay nada o un cadáver seco de serpiente. Yo me revuelco en mil predicciones para el mañana y en otra vida que podría ser. Lo peor de todo, es encontrarme a mí mismo royendo el duro hueso de cómo viven mis perros y, la verdad, soy yo el que quisiera que el mundo fuera una gran fruta para comer.

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