Delirio

Algunos momentos son sólo eso: imágenes. Vacías caretas cargadas de pretendida relevancia y promesas. Lo único verdadero es el movimiento de mi adentro. Sueño, sueño que amo, amo la vida que parece crearse, me entretengo en ser el dios de este sueño y sueño que creo, de nuevo, que profeso la misma fe de las figuras enmascaradas, que dejo con máscaras los cadáveres en sus depósitos, que abandono las miles de memorias almacenadas y soy una criatura prístina en medio de la bruma de la mañana. Así es la locura, lo admito. Estuve un poco loco, sí. Es uno el que disfraza una mirada alucinada y la hace pasar por algo parecido a un alma. Al final, decir que fue una estafa, es una manera vaga de echarse la culpa y de culpar a alguien. Porque es fácil. En todas las montañas mora la vida, pero no en todas, al subirlas, encuentra uno la experiencia indescriptible de lo divino.

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